jueves, 6 de abril de 2017

+Money - Capítulo 7


Capítulo 7

Nabil jadeó mientras intentaba con dificultad masticar la papa frita en su boca y tragar.

Aquello era tortura, no podía ser otra cosa.

-¿Qué pasa Nabil? ¿no dijiste que era... tu parte favorita del combo?- preguntó Theo mientras le mordía el mentón.

-Ah... por... por favor...- gimió Nabil- No me... tortures- rogó.

Nabil estaba completamente desnudo, a horcajadas sobre Theo, estaban en el comedor y el más alto sólo se había abierto lo suficiente el pantalón para sacar su erección y penetrar a Nabil y torturarlo obligándolo a comer mientras se mantenía dentro de él. Nabil amaba las papas fritas, de verdad que sí, pero en esos momentos solo quería que Theo se moviera y lo jodiera.
 



-¿Tortura? ¿Es una tortura para ti estar conmigo Nabil?- preguntó comenzando a acariciar su miembro con la mano izquierda- Rompes mi corazón- sonrió tomando una papa con la mano derecha, poniéndole catsup y dándosela en los labios- Yo sólo quiero darte las cosas que te gustan... tus amadas papas... para tu boca- Comenzó a masturbarlo un poco más rápido- Y mi pene en tu trasero... ¿no te gusta?- Nabil gimió sin tomar la papa y dejándola caer al suelo, intentando mover las caderas pero como las veces anteriores Theo le sujetó con ambas manos.

Nabil buscó la boca de Theo en un intento por apaciguar su ardiente deseo aunque Theo lo interpretó como una forma de hacerlo ceder, seduciéndolo con sus besos.

-Gmmm- gimió entre el beso y apretó a Nabil contra su cuerpo- De verdad eres tramposo, Nabil- gruñó y lo levantó por las nalgas haciéndolo abrazarlo con las piernas, Nabil jadeó cuando por aquel cambio Theo se movió en su interior.

-No... no lo soy- gimió abrazándolo fuerte para no caerse, su voz sonó agitada en el oído de Theo y su aliento acarició aquella zona sensible.

Lo siguiente que Nabil supo es que habían ido a dar a la cama y que el placer le había nublado la mente durante varios minutos.

Media hora más tarde Nabil aun se recuperaba de su orgasmo jadeante en la cama, con Theo tumbado a su lado no en mejor estado.

-Dejamos la cena a medias- se rió Theo y Nabil se llevó un brazo cubriéndose los ojos. Theo lo abrazó por la cintura- ¿Qué sucede?- preguntó besándole un hombro y Nabil se descubrió apenas, tenía aquel adorable rubor en sus mejillas, casi perdiendo sus pecas- ¿Por qué te avergüenzas? No es lo más intenso que hemos hecho... creo- Nabil volvió a cubrirse el rostro.

-No tengo idea de cómo tú no estás avergonzado- respondió y Theo se rió de buena gana.

-¿Qué? ¿Quieres comenzar a hacerlo con la luz apagada? Porque entonces creo que tendremos que empezar un careo. Soy definitivamente partidario de la luz encendida... pero podría ceder si me concedes un capricho también- Nabil no iba a cambiar a hacerlo con la luz apagada, principalmente porque aunque le avergonzaba su cuerpo, le gustaba ver el de Theo, la sonrisa tan sexy que tenía cuando lo hacía. Pese a ello sintió curiosidad.


-¿Capricho?- preguntó y Theo se acomodó recargándose en uno de sus brazos, semirecostado para poder verle a la cara.

-En realidad más que un capricho. Hay algo que he estado pensando, no le daré demasiadas vueltas- Nabil se preguntó qué iba a pedirle, a Theo no se le dificultaba instarle a hacer lo que quisiera cuando estaban en la cama, así que solo pudo pensar en que debía ser algún asunto monetario.

-Está bien- lo alentó a continuar. Haciendo un recuento mental de su estado de cuenta.

-¿Te gustaría que nos hiciéramos análisis?- Nabil no conectó de inmediato las palabras, parpadeó un par de veces con la mente en blanco hasta que logró que su cerebro entendiera que se refería a análisis médicos, aun así no entendió de inmediato.

-¿Para qué?- preguntó inocente y curioso ¿Theo necesitaba algún tipo de donación? ¿De sangre tal vez? Su cabeza loca inmediatamente comenzó a funcionar y de alguna manera se pregunto si Theo necesitaba algún tipo de donante.


-¿Necesitas un órgano?- preguntó alarmado- Claro, los tomaré... yo...- pero Theo le colocó un dedo en los labios comenzando a reír sin poder evitarlo.

-Nabil, eres un encanto- se burló, no podía creer que hubiese entendido que necesitaba un donante y menos aún que estuviese tan receptivo al asunto- Hablaba de análisis médicos para corroborar nuestra salud- Nabil mostró el mismo rostro confundido y Theo frunció ligeramente el ceño- Sexo, condones...- enumeró hasta que notó que Nabil comenzaba a captar de que hablaba y abría enormemente los ojos- Nabil ¿estás viéndote con alguien más?- preguntó y sin querer su voz salió algo irritada.


Nabil negó rápidamente.

-¡No!- casi gritó- no, no, no... claro que no. Digo, no veo a nadie más... ¿por... por qué necesitaría... a alguien más?- y aunque la respuesta de Nabil fue en un sentido práctico, la cabeza enamorada de Theo lo entendió como una confesión de amor.

-¿Entonces qué dices? No quiero decir que quiero dejar de usar por completo protección, es decir... sé que debe ser incómodo para ti si no lo uso- Él nunca había estado abajo, pero suponía que eso de tener el trasero lleno de semen no debía ser cómodo ni fácil de limpiar... aunque tampoco podía negar que la idea le resultaba excitante, algo de su macho alfa retrógrada interior debía tener que ver con la idea- Pero no estaría mal sentir tu boca directo en mi alguna vez... ¿no te gustaría sentir la mía?

Nabil parecía hechizado, observaba el rostro de Theo preguntándose si no estaba soñando, ¡claro que le encantaría sentir su boca directo en su piel! Pero por encima de eso ¿Theo de verdad quería que fueran exclusivos?

-Me... me gusta la idea...- respondió, la voz no le salió del todo clara simplemente porque estaba tan emocionado que la voz se le ahogaba. Theo sonrió complacido y el corazón le martilleó en el pecho.

-¿Quieres que vayamos juntos?- Nabil asintió y Theo acercó sus labios a los suyos, besándolo lento, con una sensualidad que le derritió el corazón- Entonces agendaré una cita y nos veremos pasado mañana ¿qué te parece?- Nabil volvió a asentir efusivamente sin que la voz le saliera.

Nabil estaba tan emocionado que no reparó en que el rostro de Theo era el de un niño al que le dices que mañana es navidad. Estaba sonriente y alborozado.

-Entonces es una cita. ¿Qué dices si nos damos un baño, caliento las hamburguesas en el microondas y cenamos antes de dormir? No te molesta si me quedo aquí ¿no?- Hasta ahora Theo solo se había quedado porque caía rendido después de coger como conejos. Era la primera vez que hablaba de quedarse solo por dormir con él y Nabil sintió que podía llorar.

-¿Cómo podría molestarme?- respondió aún emocionado y Theo como única respuesta volvió a besarlo con ansias.

Nabil no podía ser lo más adorable que había visto en su vida, pero de alguna forma cada expresión del chico le derretía el corazón, había encontrado al único para él. Y era suyo, casi no podía creer lo perfecto que Nabil era y lo mucho que el chico lo adoraba. Diablos ni siquiera estaba seguro de merecer un amor tan dulce como el de pelirrojo.

Theo poco consciente era de que desde el punto de vista de Nabil, lo estaba comprando.










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