domingo, 5 de febrero de 2017

Por él -Capítulo 20


Capítulo 20

Esa misma tarde Kendal regresó con los papeles que había prometido, Basil estaba sentado en un sillón en la sala de estar, sus ojos parecían no haber parpadeado en los últimos cinco minutos y es que en ellos estaban notas, estados y demás detalles de las cuentas y movimientos financieros de Jason, era como una guía de cómo llevar todos los asuntos del castaño. Eran muchas hojas impresas llenas de anotaciones, incluso él podía entender todo aquello, leyó solo las primeras diez páginas hojeando las demás, dándose cuenta que todo iba hacia lo mismo, un manual, una serie de instrucciones de cómo mantener y proteger sus pertenencias. Todas las hojas tenían notas al lado, encabezados y pie de página, todas con la preciosa y legible letra del mismo Jason Lakis.

 Era como si le dijera que lo había abandonado...

—Estas notas, las escribió originalmente para su primo, el hijo del único familiar al que respeta, las ha ido cambiando con el tiempo, hace poco cambió el destinatario, me dijo que si algo sucedía, se las entregara a usted... no planeaba marcharse, no el Sr. Jason— habló el hombre frente a él y Basil vio en aquellos ojos fríos y distantes un dejo de preocupación— el señor Jason tenía... un par de personas bajo su mando— dándole otros papeles— aquí están sus contratos, ellos también “pertenecían” al señor Jason— Basil vio los contratos y parpadeó al ver las condiciones, efectivamente aquellas tres personas eran prácticamente pertenencia del castaño... ¿alguien podía realmente firmar un contrato así? Bueno, no es que su relación hubiese iniciado muy diferente, siguió leyendo y se encontró con las fechas en que aquellos contratos se habían firmado, estaban también las fechas de nacimiento de los sujetos.

 —Estos tres...— Se habían firmado cuando él y Jason eran apenas unos adolescentes. El mayor de los tres tenía la misma edad que él y los dos menores, que debían ser gemelos, dado que las fechas de nacimiento eran exactamente iguales, eran dos años más jóvenes. Tenían diecisiete y quince años cuando habían firmado, ahora eran mayores pero... casi no podía creer aquello— ¿Qué hacen exactamente?— preguntó, al leer el contrato realmente Jason podría bien decirles que se tiraran por un precipicio.

—Eran sus guardaespaldas.

—Pero... ¡si eran muy jóvenes!— y el otro entrecerró los ojos como si se sintiese ofendido.

—Tenían casi la misma edad que el señor Jason, así que a él le pareció suficiente— Basil pensó que seguramente así había sido, no se imaginaba a Jason juzgando a alguien por su edad en vez de su capacidad. No, no cuando él mismo era tan joven y tan apto. Lo había visto interactuar con Andreas antes de que supiera que era su hijo; definitivamente para Jason la edad era lo de menos. Aún así ¿aquello era legal? Es decir ¿la esclavitud no estaba abolida o algo? – también se encargan de asuntos de “limpieza”, ellos arreglaron su pequeño problema en París cuando nuestro jefe perdió un poco el control- le describió- son de confianza.

—Supongo... que tiene razón..— viendo las fotos al final del expediente. Uno era de cabellos castaños y de ojos cobrizos, piel excesivamente blanca, los otros dos eran rubios y de ojos verdes pero mucho más claros, sus rasgos tan infantiles les hacían parecer incluso inocentes.

—Ellos se encargarán de la búsqueda del señor Jason... tampoco creen que desapareciera solo porque sí... –aunque su voz notaba algo de inseguridad.

Basil asintió, si Jason les había confiado su vida antes suponía que podía confiar en ellos para encontrarlo. El teléfono de Kendal sonó y éste contestó con la misma actitud seria, parecía que a Jason le gustaba rodearse de gente tan hosca como él.

—Kazu ha encontrado algo— y Basil reconoció el nombre, Kazu era el mayor de los tres jóvenes, el asiático que Jason tenía bajo su mando.

—¿Qué descubrió?— preguntó esperando que fuesen buenas noticias.

—Las cortinas de su habitación tenían residuos de un tranquilizante gaseoso, y hay marcas de pelea de solo dos personas, una es el señor Jason y de la otra no encontraron nada.

—¿Cómo entraron a la habitación?— Basil se extrañó y Kendal pidió un momento a la persona en el celular antes de hablarle.

—Ellos viven aquí aunque usted nunca los vea, estuvieron fuera el último mes porque el señor Jason les dio vacaciones, pero conocen a la perfección la mansión, solo el dueño la conoce mejor que ellos.— Basil se llevó las manos al cuello y agachó la cabeza como intentando asimilar todo aquello.

—¿Qué más averiguaron?— Kendal volvió al teléfono y después de intercambiar algunas palabras colgó.

—Nada más que sea de relevancia, el gas debió dormirle, tal vez el señor Jason se despertó antes de que llenaran de gas la habitación e intentó resistirse pero no debe haber podido hacer mucho... – Basil supuso que el mareo que había sentido al levantarse el día anterior debió ser algún efecto secundario del gas y también explicaba porque con aquel desastre no había despertado.

—¿Cómo lograron meterse a la casa?— Kendal cerró los ojos.

—No lo sé, señor Denakis... pero intentamos averiguarlo... usted ahora se tiene que hacer cargo de eso— señalando el casi instructivo que Jason había dejado para Basil, quien tomó las hojas entre sus manos, junto con los contratos de aquellos tres.

—Quiero conocerlos— dijo después de un rato de silencio, Kendal asintió y Basil suspiró viéndole a los ojos, unos ojos que habían dejado de intimidarle, el que aquellos cuatro creyeran que Jason no le había simplemente abandonado le reconfortaba, así eso significara peligro para el castaño, ahora se sentía algo más fuerte— ¿Cómo es que terminaron en manos de Jason?— y Kendal se quitó los lentes de lectura acomodándolos en el bolsillo de su camisa impecablemente blanca, a juego discreto con el elegante traje negro, un clásico.

—El señor Jason les salvó el cuello por accidente una vez, después de eso, ellos pidieron que les tomara bajo su servicio, lealtad como pago a su deuda, pero el señor Jason los rechazó, dijo que no cuidaba ni le interesaba nada que no fuese posesión suya— el abogado hizo una seña indicando los contratos— Así termino en eso— Basil pensó que Jason sin lugar a dudas tenía el mismo modus operandi para cada acción en su vida.

Después de eso, Kendal se marchó y Basil se quedó en la soledad de la casa acompañado de su preocupación.
Días más tarde Kendal tenía a Kazu frente a él, estaban en la oficina del abogado.

—Algo te preocupa especialmente ¿no es así?— le habló Kazu, el joven asiático castaño y de ojos cobrizos.

—Es obvio que alguien se llevó a Jason... pero ese alguien esperó hasta que tú y los gemelos no estuviesen en la mansión, eso quiere decir que sabían de su existencia, no creo que sea una coincidencia.

—Además también estamos a manos atadas, los gemelos vigilan a Andreas todo el tiempo y yo con el esposo no puedo moverme a libertad.

 —Yo tampoco puedo hacer mucho, si me descuido un poco el joven Denakis podría ser estafado, aprende rápido pero jamás es suficiente en este mundo… pero no es eso lo que me preocupa, Jason nunca ha sido una persona que espere recibir ayuda, de alguna manera debería poder arreglárselas o eso pensaría en circunstancias más normales pero...

—¿Qué sucede?

—Me preocupa... ¿por qué se lo llevaron? no parece que tuviesen pensado usar la violencia, por eso el somnífero, lo querían vivo e intacto, de otra manera no se abrían tomado tantas molestias entrando a su propia casa, hubiese sido más fácil fuera de ella. Por otro lado si lo que querían era su dinero, apartar al joven Denakis no debería ser demasiado complicado, en estas circunstancias solo tendrían que avivar un poco la situación para que fuese culpado de la desaparición de Jason, pero nadie lo ha intentado, las cosas en la empresa están dentro de lo que cabe normales... así que... ¿qué es lo que está planeando quien se lo llevó?

—Un acosador, quizás… algo es seguro… es alguien que posee recursos.

—Eso mismo estaba pensando— Respondió viendo a Kazu fijamente y éste suspiró.

—Creo saber a qué viene esa mirada, después de todo vengo de una familia de asesinos... ¿crees que alguno de ellos tenga algo que ver?

—Es difícil que alguien externo supiese de tu existencia, incluso los contratos de Jason con ustedes solo los conocen tu familia, Jason y yo.

—Mi familia no debería tener ningún interés en Jason...

—Pero ellos harían cualquier cosa por un buen sueldo ¿no es así?— y Kazu suspiró pesadamente esta vez.

—Tengo que admitir que también lo he pensado... de hecho...— pareció dudar antes de sacar una tarjeta de su chaqueta negra mostrándosela— esto llegó poco antes de la boda de Jason, no le tomé demasiada importancia entonces, pero ahora...— Kendal tomó la nota.

—"Nos veremos pronto, mi sobrino adorado. Tengo un regalo para ti" — la tarjeta era roja y Kendal miró a Kazu— ¿Esta tarjeta es de Yudea?

—No me cabe la menor duda— y Kendal pareció abatido.



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